Política de Calidad
Las líneas estratégicas que definen la política de calidad del CIFP, se asientan sobre los Principios de la Gestión de la Calidad Total, han sido consensuadas en el seno del Equipo Directivo, son acordes con la norma ISO 9001:2015 y encuentran su marco contextual en el Proyecto Funcional. Nuestra política de calidad supone una metodología de trabajo que da una elevada perspectiva de éxito en la implantación y pervivencia del Sistema de Gestión de Calidad que se propone. Los puntos que la definen se concretan en los siguientes:
Tener siempre presentes a los usuarios. Los usuarios del Centro Integrado constituyen un conjunto heterogéneo y a veces complejo; por tanto, para cada proceso o actividad será necesario identificar cuáles son las partes interesadas, conocer cuáles son sus requerimientos e intentar satisfacerlos al máximo. Además, preguntarles por su percepción sobre la calidad de los servicios y tomar decisiones para la mejora.
Ejercer el liderazgo. Los centros de enseñanza son organizaciones en que los profesores gozan de un grado de autonomía tal, que pueden planificar y desarrollar su actividad docente según criterios propios aunque, evidentemente, siempre dentro de la normativa vigente. En esta situación, la mejor opción para que estos profesionales acepten el reto de la mejora continua será el disponer de una buena dirección en las tareas a realizar; por ello, el papel del líder es decisivo. Todos los miembros del Equipo Directivo, conscientes de esta circunstancia, ejercerán un papel preponderante en todas las dinámicas que se generen como consecuencia del Sistema de Calidad y harán uso de la metodología inductiva, a la vez que delegarán responsabilidades sobre los jefes de los departamentos, para que ellos jueguen también el correspondiente rol de liderazgo en todas las fases del Sistema de Calidad.
La mejora orientada a los procesos. Todos los profesores del Centro Integrado deben ser conscientes de que la cadena de valor se genera en el proceso de enseñanza-aprendizaje y de que la actividad cotidiana de cada profesor es sólo una parte de un proceso educativo o formativo relativo a un módulo, ciclo o curso. En nuestro Sistema ese proceso principal está formado por procesos específicos tales como: el proceso de programación de un curso, el proceso de desarrollo de un curso, el proceso de evaluación de los alumnos, etc. Son, por tanto, estos procesos los que deben analizarse y mejorase continuamente.
La participación de las personas y el trabajo en equipo. El profesorado es personal con un alto nivel de cualificación, en consecuencia, todos tienen opiniones propias sobre cómo desarrollar su tarea; por ello, la mejor manera de conseguir su participación es contar con sus opiniones. Es decir, generar sinergias para aprovechar sus conocimientos y experiencia a la vez que se amplían los cauces de comunicación. En general, el trabajo en equipo, produce conclusiones más ricas y ponderadas, aporta legitimidad al proceso y fomenta la participación.
Reconocer el esfuerzo. La dirección debe reconocer y compensar, en la medida de lo posible, el esfuerzo que hacen las personas por la mejora de la calidad. El reconocimiento debe hacerse tanto de forma personal como formal. La compensación económica no es posible en este tipo de organizaciones, pero sí lo es la asignación de recursos o responsabilidades, bien sea en el ámbito personal o de departamento.
Las decisiones se toman sobre la base de la información. El Sistema dispone de instrumentos para la recogida de información y debe ser sobre la base de estas informaciones por la que todas las personas que participan en el Sistema deben tomar sus decisiones. Cada una en su correspondiente nivel de actuación y tipo de actividad, instrucción o proceso.
La comunicación. La comunicación debe funcionar en todos los sentidos, esto implica que un comunicado además de informar al receptor, el emisor debe estar atento a la reacción del receptor. Este feedback resulta imprescindible ya que por una parte nos permite determinar si la información (norma, aviso, comunicado, publicación, etc.) ha llegado al destino, y por otra, es una fuente de conocimiento tanto explícito como tácito que la organización no puede desperdiciar. Por ello, además de los cauces formales de comunicación, se ha dotado al Sistema de un procedimiento para facilitar estos procesos.
Aprender de otras organizaciones similares. Buscar fuentes externas de información con operaciones de benchmarking bien organizadas: contactos con otros centros para el intercambio de experiencias con una actitud proactiva, en el sentido de estar dispuestos tanto a aprender como a enseñar.
Planteamientos y métodos sometidos a un proceso de mejora continua. El sistema debe estar en continua evolución ya que para que sea eficiente debe adaptar de forma continua y sistemática los métodos, las herramientas y las prácticas para conseguir la satisfacción de las necesidades nuestros usuarios en un mundo que cambia rápidamente. Aquí radica la esencia de la política de calidad se propone.
Cumplimiento de la legislación y normativa que sea de aplicación. La Dirección del Centro se compromete a identificar, cada curso, los requisitos derivados de la legislación y reglamentación vigente que sean de aplicación en la actividad del Centro, los incluirá en el Sistema de Gestión de Calidad y lo dará cumplimiento.
Los diez puntos que concretan la política de calidad suponen una forma coherente y racional de poner en marcha el Sistema a la vez que trata de implicar a todo el personal de Centro por las vías de la participación, la motivación, la autoestima y la autorrealización. Al mismo tiempo que se asegura su difusión y continua adecuación, constituye un marco de referencia para establecer y revisar los objetivos de calidad, que se hacen explícitos en el apartado correspondiente. La dirección revisa periódicamente la Política de Calidad y procura que sea conocida y asumida por todas las personas de la organización. Para una correcta difusión se garantiza el acceso a la documentación a todo el personal.